Algo se quiebra.
Algo, dentro de mí, se rompe.
Siento el ruido.
Crac, hace
y siento cómo duele.
No sana.
Sigue sangrando.
Pasa el tiempo y la cascarita no se forma.
Y justo cuando parece que no se va a curar nunca
aparece una mano
y otra
y después otra más
y todas juntas aprietan,
desinfectan,
presionan,
salvan
aquella herida que ahora es cicatriz.