Tu boca pierde dulzura
En los espesos de aquella marca,
Hecha a mano pesada
Con mente oscura.
Ahí sigues
Junto a todas tus hermanas,
Metida en el laberinto,
Buscando por los rincones
El alma que tenías antaño.
Un alma que han sesgado
¡Mas no matado!
Tu útero llora cada día,
Tus hijos también.
Con ese sabor, vives en las mañanas
Y mueres por la noche.
Con los ojos entumecidos
Por la desgracia
Vas tomando fuerzas
Y te acobijan brazos suaves.
¡Ya llega! ¡Ya llega tu hora!
Junta las lágrimas,
Que en cada golpe y en cada palabra lastimosa
Su mundo se hace más pequeño
Y pronto llegará su fin.
Mujer o niña
Lo mismo da…
Ha salido el sol,
Y trepas como una enredadera
Cubierta de flores en primavera.
Abre tus manos,
Que el viento
Ya se lleva aquel tormento.
Desde hoy empiezas a escribir un nuevo cuento.